¿Cuántas veces puede pasar que ver la misma película le genere al espectador emociones nuevas, como si las anteriores no hubieran existido? Cada cual tendrá la suya entre las preferidas, esa que se puede mirar una y otra vez, y que el sentimiento reviva. Ahora bien, el pueblo futbolero argentino tiene una que lo identifica: adora ver a Messi hacer el truco tantas veces como sea posible, aunque el protagonista ya haya pasado los 36 años y recorra el tramo final de su extraordinaria carrera. Y volver a gritar con él y por él. Y que de pronto, por un instante, todos sean uno detrás de la causa. La suya, que es la del nene que lo ve en vivo por primera vez y también la del papá, que lo vio decenas y lo disfruta como si fuera la única.